Ciudades inteligentes: Medio ambiente, transporte y salud 22 julio 2019
OBJETIVOS:
El término "Smart City" o "ciudad inteligente" se utiliza como un instrumento al servicio de una visión de futuro: un proyecto inteligente de ciudad que aplique una estrategia de transformación que impulse la sostenibilidad social, económica y medioambiental. Una ciudad inteligente obliga a pensar en la clave para su desarrollo, los ciudadanos inteligentes. En la actualidad la tecnología se ha convertido en una herramienta fundamental, para la configuración de una nueva sociedad, que demanda nuevas formas de comunicación, nuevas formas de gobernanza y sobre todo busca de forma incesante la generación de nuevas oportunidades asociadas en los servicios de la ciudad y la necesidad del ciudadano. Las Administraciones Públicas tienen un papel fundamental, no sólo para impulsar nuevas tendencias, sino deben reorientar hábitos comunes, tanto en la prestación de servicios públicos para el ciudadano, como la apertura de datos, que configuren nuevas opciones y potencien la transparencia. Se pretende realizar una reflexión para ayudar a entender la necesidad de implicación del ecosistema global para configurar la ciudad y el territorio. Un ecosistema en forma de cuádruple hélice deben incluirse, además de la Administración (Regional-Local), Universidad-Centros Tecnológicos, a las empresas y a los ciudadanos, ambos los verdaderos receptores del dinamismo y de la mejora de oportunidades y servicios respectivamente. Esta iniciativa es imparable, con orientaciones a los datos (Big/Open Data), el Internet de todas las cosas y nos obliga a plantear que detrás de grandes soluciones tecnológicas y de plataformas de ciudad, se ubican otros desarrollos que activarán la sociedad actual hiperconectada que demanda y consume información, pero que además rápidamente se ve influida por las tendencias y modelos basados en la innovación social, ningún territorio debe obviar. Ciudad, ciudadanos y soluciones asociadas generan un interesante foco de atención que debe ser debatido, adaptado y orientado en los marcos territoriales, pues como es evidente no existe un modelo único para todos ellos y en paralelo generar una cultura del cambio, de modelos de gestión público-privado, de apertura de datos y sociabilización de la información, en aras de una co-gobernanza y un proceso de generación de modelos de negocios que sitúe a la tecnología como herramienta idónea, para el ciudadano del siglo XXI, el ciudadano 2020, hiperconectado.
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