Investigadores de la UCA y la UMA desarrollan un programa de intervención educativa en personas mayores de 65 años con fragilidad 6 mayo 2024
Este trabajo se ha realizado dentro del estudio ‘FRAGSALUD’ y se ha ejecutado gracias a la participación de 163 personas usuarias de 14 centros de salud pertenecientes a las provincias de Cádiz y Málaga
Investigadores de la Universidad de Cádiz y de la Universidad de Málaga, coordinado por la profesora Cristina Casals, perteneciente al grupo de investigación ExPhy (Grupo de Investigación en Fisiología del Ejercicio, Nutrición y Salud, en español) de la UCA y adscrita al Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz (INiBICA), han desarrollado un programa de intervención educativa en personas mayores de 65 años que poseen fragilidad, un síndrome geriátrico que compromete la independencia funcional y la calidad de vida.
Este programa de envejecimiento saludable, llevado a cabo por un equipo de carácter multidisciplinar centrado en educadores físicos, enfermeras y nutricionistas, ha contado con la participación de 163 personas con riesgo de fragilidad y usuarias de 14 centros de salud de las provincias de Cádiz y Málaga y se ha desarrollado a lo largo de seis meses. En concreto, se realizaron cuatro sesiones grupales y seis llamadas de seguimiento. Durante estas sesiones, los participantes recibieron información crucial sobre la fragilidad y su impacto en la salud, así como pautas para la actividad física, hábitos alimenticios saludables, entrenamiento cognitivo, bienestar psicológico y actividades sociales.
Asimismo, para entender mejor la importancia de este trabajo, es interesante explicar que “la fragilidad se ha convertido en un problema creciente tanto a nivel local como a nivel mundial, que compromete la salud y calidad de vida de las personas mayores”, como ha comentado el investigador postdoctoral Juan Corral, quien ha realizado su tesis doctoral centrada en este tema y participa en este trabajo publicado en la revista Frontiers in Public Health.
A través de este estudio, llamado ‘FRAGSALUD’, se observó una mejora significativa en la función física, los patrones de sueño y el estado nutricional en el grupo que recibió la intervención educativa en comparación con el grupo de control que recibió la atención médica habitual. Específicamente, se encontró que los participantes que recibieron el programa educativo experimentaron una mejora notable en la función física y una reducción en el riesgo de malnutrición.
De esta forma, “para nosotros, lo más emocionante de este trabajo ha sido el hecho de que la intervención ha demostrado ser efectiva independientemente del sexo, la edad, el estado de fragilidad o el nivel educativo de los participantes”, en palabras de la primera autora de esta publicación, Cristina Casals. Además, “la simplicidad y asequibilidad del programa lo hacen fácilmente implementable dentro de las rutinas de cuidado existentes en atención Primaria”. Por ello, Casals señala que “estos hallazgos abren nuevas puertas en el campo del envejecimiento saludable. De hecho, al proporcionar una intervención mínimamente supervisada y de bajo costo, allana el camino para un envejecimiento más saludable y activo en nuestra comunidad”.
Referencia bibliográfica: Casals C, Ávila-Cabeza-de-Vaca L, González-Mariscal A, Marín-Galindo A, Costilla M, Ponce-Gonzalez JG, Vázquez-Sánchez MÁ and Corral-Pérez J (2023): ‘Effects of an educational intervention on frailty status, physical function, physical activity, sleep patterns, and nutritional status of older adults with frailty or pre-frailty: the FRAGSALUD study’. Front. Public Health 11:1267666. doi: 10.3389/fpubh.2023.1267666