La UCA y el Consejo Regulador del Jerez gestionarán el centro de innovación aplicada ‘Vitilab’ junto a Diputación 29 marzo 2023
Se trata del primer laboratorio apegado a un viñedo, en la Bodega Manuel Aragón de Chiclana, para fortalecer al sector y fomentar su relevo generacional
La Bodega Manuel Aragón de Chiclana de la Frontera ha acogido hoy la presentación del centro de innovación aplicada Vitilab, financiado por la Diputación Provincial de Cádiz y que gestionará la UCA en coordinación con el Consejo Regulador del Jerez.
El respaldo económico del programa ‘DipuActiva’, promovido y financiado por la Diputación de Cádiz, y la alianza establecida entre la propia institución provincial, la Universidad de Cádiz (UCA), el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez-Sherry y la Bodega Manuel Aragón de Chiclana han propiciado el nacimiento de un nuevo recurso para el sector vitivinícola: el laboratorio Vitilab. Establecido en el pago de Campano -en Chiclana de la Frontera– está diseñado para emprender experimentos en el viñedo, desde la base de la innovación, que se puedan extrapolar a otras zonas de crianza, con criterios sostenibles y capaces de concretar respuestas eficaces en circunstancias adversas como el cambio climático. Es por tanto un laboratorio de investigación aplicada, pero también un centro de divulgación de la vid, concebido para “prestigiar el campo” y lograr el relevo generacional en esta industria.
El vicepresidente primero de Diputación y alcalde de Chiclana, José María Román, ha inaugurado Vitilab; junto a la vicerrectora de Política Científica e Investigación de la Universidad de Cádiz (UCA), María Jesús Mosquera; el presidente del Consejo Regulador del Jerez, César Saldaña; Sebastián Aragón, en representación de la Bodega Manuel Aragón; la enóloga, investigadora y profesora de la UCA, Ana Jiménez Cantizano; y la delegada de Fomento del Ayuntamiento de Chiclana, Pepa Vela.
Diputación, a través del DipuActiva, ya ha destinado a esta iniciativa 43.000 euros y en el presupuesto en vigor se han consignado otros 45.000 euros. Con las inversiones ya aplicadas se ha acondicionado el pago de Campano para que arraiguen hasta siete variedades autóctonas: vijiriega, uva rey, Pedro Ximénez, moscatel de Chiclana, palomino fino, perruno y beba, distribuidas en cuatro bloques de cuatro cepas cada uno. Ya se han sembrado los portainjertos frente a la filoxera, además de arraigar plantas aromáticas y rosales –en calidad de indicadores biológicos- así como refugios para insectos. Junto al viñedo también se ha emplazado un domo geodésico que es una suerte de carpa dotada con instrumentos, útiles y enseres para proseguir con el trabajo científico si las circunstancias meteorológicas son adversas. En la tierra también se ha asentado una estación meteorológica y sensores para monitorear con precisión las condiciones agroclimáticas.
La UCA es un referente en docencia, investigación, innovación y transferencia en este ámbito gracias a una oferta docente especializada integrada por el grado en Enología, el máster oficial en Agroalimentación y el programa de doctorado en Recursos Agroalimentarios, así como a la extensa y reconocida labor investigadora del Instituto de Investigación Vitivinícola y Agroalimentaria (IVAGRO) donde desarrollan su actividad científica más de 70 investigadores de 11 grupos de investigación de la Universidad de Cádiz. Sin olvidar la participación activa de la UCA en el Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación (ceiA3).
José María Román ha explicado que, en el actual mandato corporativo, se ha procurado zarandear el tejido productivo de la provincia de Cádiz, propiciando alianzas y asumiendo inversiones para hacerlo más competitivo desde la base de la innovación. En relación al sector vitivinícola ha citado algunos ejemplos que ilustran esta nueva relación: la consolidación de “la mejor ruta del vino de España”, o la distribución de las estaciones meteorológicas para conocer la situación de los viñedos. Sobre Vitilab ha indicado que “vamos a trabajar con los suelos para ver qué debemos incorporarle, para que tengan más vida. Antes se abusaba del insecticida, que era dañino y quitaba singularidad. Ahora buscamos medios sostenibles, que aportan además una calidad y personalidad a los posteriores caldos”. Román ha valorado todas las claves que se han articulado en este proceso para crear una sinergia positiva: el desarrollo científico y la transferencia del conocimiento que aporta la UCA; la plena implicación del Marco a través del Consejo Regulador; la experiencia sobre el terreno de la Bodega Manuel Aragón; y la capacidad aglutinadora e inversora de Diputación.
María Jesús Mosquera ha elogiado la vocación del laboratorio Vitilab, porque “gracias a la aplicación del conocimiento llega a la sociedad”. La vicerrectora ha valorado además el liderazgo científico de esta iniciativa, que recae en Ana Jiménez Cantizano. La citada investigadora ha destacado la apertura del “primer laboratorio de viticultura viva y es de hecho una experiencia única a nivel nacional. Pretendemos dar respuestas frente al cambio climático y extrapolar los resultados de la investigación desde el respeto a una agricultura ecológica. Pero, además, queremos generar cultura”, en torno a la vid, para “prestigiar el campo” e incentivar a las personas más jóvenes interesadas en la gestión de un viñedo. Innovación y divulgación científica maridan para allanar el camino de un relevo generacional que el sector necesita.
Sobre la perpetuación de la actividad habló también César Saldaña, explicando que “el relevo generacional que necesitamos en el agro sólo será posible si lo hacemos atractivo. Tenemos que convencer a la gente joven de que este trabajo está al mismo nivel que la industria aeronáutica o el turismo, y que presenta oportunidades basadas en el desarrollo científico, en la tecnología y el saber hacer”.
Desde el conocimiento apegado al terreno, Sebastián Aragón manifestó su ilusión “para que este proyecto sea aprovechado, sobre todo por la gente joven, porque hay otra forma de hacer vino, con dignidad y rentabilidad”.
Ahora se avecinan meses en los que los portainjertos tendrán que extender sus raíces; un sistema radicular que colonizará el terreno, a la espera de los posteriores injertos de variedades autóctonas. Y, por cada proceso, una evaluación (sobre tipos de poda o estudios fisiológicos de la planta) para concretar resultados con los que fortalecer el viñedo.